sábado, 5 de octubre de 2013

El Romanticismo


El ROMANTICISMO: Es un movimiento cultural que se inicia en Europa a finales del XVIII y que se extiende hasta mediados del XIX,  es decir, ocupa la primera mitad del XIX. En España esto es un poco diferente debido a las circunstancias políticas y sociales. Se puede afirmar que con la llegada del Romanticismo, la juventud conquista su derecho a ser tenida en cuenta y a adquirir prootagonismo social. Por primera vez, los jóvenes imponen sus modas, sus costumbres, sus ideas y su manera de concebir el Arte.
Para que se pudiera dar este movimiento, cuyo pilar principal es la defensa de la libertad, se tuvieron que dar unas circunstancias históricas determinadas, entre las que destacan:

. La Revolución Americana de 1776 (Independencia de EEU y Derechos del Hombre).

. La Revolución Francesa, 1789 (libertad, igualdad y fraternidad).
Muchas veces se identifica el Romanticismo con sus primeras manifestaciones, un tanto exageradas, o, sobre todo, con un sentimentalismo lánguido, soñador… pero el Romanticismo es ante todo una actitud ante los problemas del hombre, de la sociedad, de la cultura, una actitud liberadora que tiende a totalizar –y no a excluir- y que admite en sí las contradicciones del ser humano.

El origen del Romanticismo literario hay que situarlo en Alemania con autores de la talla de Goethe. La importancia de Alemania no sólo reside en la creación literaria, sino tb en su sólida base filosófica, con autores como Herder o los hermanos Schelegel. Paralelamente en Inglaterra: Byron, Shelley, Keats…; en Italia, Leopardi; en Francia, Victor Hugo o Alexandre Dumas.

En España, no se puede hablar de Romanticismo hasta 1835 aprox. cuando vuelven los escritores liberales exilados  durante el periodo absolutista de Fernando VII. Todo el XIX es una época de inestabilidad política y social (circunstancias que propician también  la aparición del Romanticismo), cosa que es aún más acusada en la primera mitad. Destacan: La Guerra de la Independencia; la Constitución de Cádiz de 1812, que consagra por 1ª vez  la democracia, la libertad y la soberanía popular; el periodo absolutista de Fernando VII; la lucha entre liberales y conservadores; la alternancia de poder entre liberales y conservadores; el auge de los nacionalismos en Cataluña y Galicia.

Características principales del Romanticismo:
Individualismo o exaltación del yo                 Defensa de la libertad                  Irracionalismo
Idealismo y frustración                                  Nacionalismo                            Espíritu rebelde y juvenil
Incorporación del paisaje como espejo del yo

 Individualismo o exaltación del yo:

El Arte y la Literatura se convierten en la expresión de los sentimientos del individuo. Se valora, por lo tanto, todo lo subjetivo frente a la objetividad. Así en la literatura tiene gran auge la poesía lírica, ideal para expresar los sentimiento del autor; y en la narrativa, se pone de moda la novela epistolar o la novela-diario, cuyo ejemplo supremo es el Wether, de Goethe. El amor es un tema central, pero no el único. No suele ser nunca un amor feliz, sino un amor imposible.  La mujer aparece o bien idealizada o bien como fuente del mal (la mujer-bruja o la mujer-arpía).

Defensa de la libertad:

Se defiende la libertad sobre cualquier cosa; se rechazan las normas establecidas, tanto sociales como políticas o artísticas y literarias. La única norma de conducta para los románticos es el sentimiento. Alguno escritores románticos participan en la defensa de la libertad de países que en ese momento se estaban independizando como Lord Byron en Grecia.

Irracionalismo:
Frente a la defensa de la Razón vigente en el XVIII, el Romanticismo valora lo no racional: la emoción, el sueño, la fantasía, la intuición.
De esta actitud surge la moderna literatura fantástica de terror. Como ya se sabía que seres como brujas, etc. eran pura fantasía, se empieza a experimentar con el miedo como simple divertimento. Así parece la novela gótica o fantástica, cuyo ejemplo más representativo es el Frankenstein de Mary Shelley. En el caso de la literatura española, encontramos el caso de las Leyendas de Bécquer.

Idealismo y frustración:

La aspiración a aunos ideales absolutos (felicidad, amor, justicia, paz), difícilmente asequibles, provoca en el hombre romántico un choque con la realidad que le lleva al  desengaño y la frustración. La vida se vuelve entonces un problema irresoluble, ante el que sólo caben dos actitudes que suelen ir unidas: la angustia y la consiguiente evasión, que lleva al abandono, a la droga, al suicidio o al escapismo espacio-temporal.
Los románticos fueron los primeros escritores que experimentaron con las drogas (opio, láudano y alcohol de todo tipo). El suicidio se lleva a cabo tanto en la literatura (Werther) como en la realidad (Carolina von Günderrode o Larra, en España).
Otra manifestación de la evasión o escapismo son los viajes a países exóticos (España, junto al Oriente, era uno de ellos à Andalucía: la “Carmen” de Merimée). En literatura, la evasión hacia épocas pasadas como la Edad Media. Así se pone de moda la novela histórica con autores como Walter Scott (Ivanhoe) y el interés por romances y leyendas.

Nacionalismo:

Se exalta lo peculiar de cada país. Se tratan temas legendarios o históricos. Uso literario de lenguas como el catalán, gallego...

Incorporación del paisaje como espejo del yo:

La naturaleza se capta en la obra literaria a través del estado de ánimo del poeta. Ahora bien, nunca es una naturaleza alegre o luminosa, sino o bien melancólica o bien tétrica o turbulenta. Ej.: cementerios, ruinas, olas rompientes en abismos, paisajes difuminados, misteriosos, la noche, la luna, la noche de difuntos… (Friedrich en pintura).

Espíritu rebelde y juvenil:

Muchos autores adoptan una actitud desafiante ante la sociedad en su vida real. En literatura, el mal, la libertad, el amor son temas clave.
Ante la realidad frustrante, muchos personajes abrazan el mal. Sólo pueden ser redimidos por la libertad y el amor vividos a espaldas de las limitaciones y convenciones burguesas (Ej. Fausto, de Goethe) Se admira a personajes que dan la vuelta a lo que se entendía por “héroe” hasta ese momento. Ahora se cantará a personajes como: piratas / corsarios, proscritos / perseguidos por la justicia, delincuentes, etc. En definitiva, se admira a los que se enfrentan a la sociedad con su vida y sus actitudes, a los que son libres de aceptar las normas y convenciones.

Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, El Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.
[...]
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento; mi única patria, la mar.

ESPRONCEDA

Panorama literario en España
El Romanticismo es en España un movimiento tardío y breve, apenas dura una década (1835-1845 aprox.). Destacan en este periodo autores como Zorrilla (teatro: Don Juan), Espronceda (poesía) y el Duque de Rivas (teatro y poesía). Después, hay una especie de periodo de transición hasta 1870 en el que coexisten varias corrientes literarias. Una de ellas será el Posromanticismo, con autores tan importantes como Bécquer (1836) y Rosalía (1837), que escriben cronológicamente cuando el Romanticismo ya ha pasado, pero cuya obra se puede considerar dentro del movimiento; eso sí, es un Romanticismo –sobre todo en poesía- de carácter intimista y sencillo, lleno de naturalidad y emoción.
Autores liberales: Espronceda, Larra.
Autores conservadores: Zorrilla.
Autores posrománticos: Bécquer, Rosalía.

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